Soy artista visual y psicóloga con formación orientada a la educación. Esta doble mirada -entre el arte y la subjetividad- atraviesa mi obra, que encuentra en el dibujo un canal para explorar temas como el sentido de la vida, la fragilidad humana y la trascendencia. Trabajo casi exclusivamente con grafito sobre papel, en escenas donde la precisión técnica y el silencio visual construyen atmósferas sensibles y evocadoras.
Mi formación artística incluye estudias en la Escuela Superior de Bellas Artes Dr. Figueroa Alcorta (Córdoba) y una constante búsqueda autodidacta. A lo largo de los años, he ido desarrollando un lenguaje visual propio, donde aparecen de forma recurrente figuras híbridas -niños con cabeza de pájaro- como símbolos de vulnerabilidad, deseo de trascendencia y existencialismo.
Mi experiencia en ámbitos escolares nutre una obra que enlaza arte, educación y mundo interior. La figura del pupitre, el libro o el juego infantil no son solo objetos, son umbrales simbólicos.
Mi trabajo busca abrir un espacio de contemplación y resistencia simbólica, donde el tiempo lento del grafito se vuelve gesto, meditación y forma de pensamiento.
Mis niños pájaros expresan lo que el ser humano anhela: trascender. Los pájaros son la metáfora del alma, de la espiritualidad, de lo que se eleva, de la libertad.
En cambio, estos seres también tienen un lado humano e infantil que contrapesa y que conecta con lo terrenal, con lo que está naciendo o aprendiendo, con lo lúdico, con lo que requiere cuidado. Son pequeños seres híbridos: ¿encierran contradicciones o complementariedades?
Realizados mayormente en lápiz expresan en su forma la posibilidad de alzar vuelo. La obra de los “Niños Pájaros” se sostiene en reconocer que la vida misma es una paradoja y entender que esa encrucijada es inspiradora.
Jacques Prévert
«Para hacer el retrato de un pájaro»